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jueves, 7 de octubre de 2010

El tema a investigar se centra en la problemática al momento en que el pueblo de Israel debe cruzar el mar Rojo, Éxodo 14:1-31.
Moisés trasmite calma y firmeza al pueblo. Les anuncia la salvación de Jehová. ¡Marchen! es la orden de Dios, vers. 13-15.

Page H. Kelley (teólogo bautista) publica en 1977 un trabajo notable sobre la salida del pueblo de Dios de Egipto, denominado Llamados a una misión redentora. En dicha publicación resalta la respuesta de Moisés a la multitud de israelitas que dudaban. Y menciona que es uno de los más grandes llamamientos a la fe que se hallan en toda la Escritura: “No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros…”.

En el libro De Egipto a Canaán, el evangelio del Éxodo, de Atilio René Dupertuis, publicado en el año 1995, se expresa la misma idea acerca de la falta de fe del pueblo. “¡Qué hermoso hubiera sido que hubiesen esperado con toda calma a Jehová! Tenían tantas evidencias del amor de Dios. Pero no, temieron; se lamentaron de haber salido de Egipto. Los largos años de esclavitud y el rigor de las cargas los habían agobiado. Como resultado de esa experiencia, tenían un conocimiento muy limitado de Dios y muy poca fe en él”.

Jon L. Dybdahl tiene licenciatura, maestría y doctorado en teología de Pacific College Unión, La Universidad de Andrews y Fuller Theological Seminary, en el año 1995 publica: Éxodo: Dios crea un pueblo (La Vida Abundante serie amplificada), una brillante obra donde presenta que la queja de Israel se da por tres razones muy prácticas. Primero, no todo el grupo era israelita…, además, no todos los israelitas eran israelitas de fe y estos cuestionan a Dios y el pacto. Y por último la vida de esclavitud, con mentalidad de esclavos los priva a muchos de ellos del conocimiento y comprensión reales de la vida y de Dios. Dios, reconociendo dónde están en su desarrollo espiritual, los trata misericordiosamente, dándoles seguridad y salvación.

El argumento del fragmento tácito en el libro de Éxodo 14:13-15, apela a las diferentes maneras como todos reaccionan antes las dificultades. En la medida del discernimiento que cada cuál tiene de Dios, la forma de enfrentar los acontecimientos de la vida, varía. El nivel de confianza en el Señor está llanamente delineado con la capacidad que cada cuál tiene de registrar el poder divino para inmiscuirse en todos los asuntos de los hombres.
En la actualidad, ¿qué implicaciones tiene en nuestra iglesia?

El texto, objeto del presente análisis, tiene como propósito exponer cómo el poder de Dios es apto para intervenir en cada suceso de la vida del ser humano. Muestra un Dios propio que se atañe a las necesidades de sus hijos a pesar de la manera como ellos desconfían y olvidan su poder, Más él sigue dispuesto a revelarse filantrópico y a renovar sus pactos.
El pasaje además muestra cómo existe contraste entre la reacción de desconfianza y consternación del pueblo, discrepando con la reacción de buscar ayuda en el Señor.

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