domingo, 28 de noviembre de 2010
LA CONTINUACIÓN DEL ANALISIS DE LA PERICOPA
17. Yo hare que el Faraón se empeñe en entrar detrás de vosotros y mostraré mi gloria derrotando al Faraón con su ejercito, sus carros y jinetes;
18. Para que sepa Egipto que yo soy el Señor, cuando muestre mi gloria derrotando al Faraón con sus carros y jinetes.
19. El Ángel de Dios que caminaba delante del campamento israelita, se levantó y paso a su retaguardia; la columna de nube que estaba delante de ellos, se puso detrás de ellos,
20. Metiéndose entre el campamento egipcio y el campamento israelita la nube se oscureció y la noche quedó oscura, de modo que no pudieron acercarse unos a otros en todas la noche.
21. Moisés extendió la mano sobre el mar, el Señor hizo retirarse al mar con un fuerte viento de levante que sopló toda la noche; el mar quedo seco y las aguas se dividieron en dos.
22. Los israelitas entraron por el mar a pie enjuto, y las aguas le hacían de muralla a la derecha y a la izquierda.
23. Los egipcios, persiguiéndolos, entraron detrás de ellos por el mar, con los caballos del Faraón, sus carros y sus jinetes.
24. De madrugada, miro el Señor desde la columna de fuego y de nubes y desbarató al ejército egipcio.
25. Trabó la rueda de los carros, haciéndola avanzar pesadamente, los egipcios dijeron: huyamos de los israelitas, porque el señor combate por ellos.
26. Pero dijo a Moisés: tiende tu mano sobre el mar y las aguas se volverán contra los egipcios, sus carros y sus jinetes.
27. Moisés tendió la mano sobre el mar: al despuntar el día el mar recobró su estado ordinario, los egipcios en fuga dieron en él, y el Señor arrojó a los egipcios en medios de mar.
28. Las aguas, al reunirse, cubrieron carros, jinetes y todo el ejército del Faraón que había entrado en el mar en seguimiento de Israel, y no escapó uno solo.
29. Pero los israelitas pasaron a pie enjuto por el mar, mientras las aguas les hacían de muralla a la derecha e izquierda.
30. Aquel día libró el Señor a los israelitas de los egipcios a la orilla del mar.
31. Los israelitas vieron la mano de Dios magnífica y lo que hizo a los egipcios, temieron al Señor y se fiaron del Señor y de Moisés su siervo.
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